viernes, 16 de julio de 2010

EL PREFERENTE.

Con la llegada del verano la población de surfistas crece exponencialmente. Cada año son más los que se animan en la práctica del surf y cada vez son más las personas que se aglutinan en el pico, es por esto por lo que debe existir un cierto orden y preferencias.

La practica del surf normalmente convierte a aquellos que lo practican en seres inquietos que van de aquí para allá en busca de olas, esto hace que se visiten picos que no son los propios, por entendernos, picos en los que no somos “los locales”. El término “local” ha tenido desde siempre fama de algo malo, de malos rollos, gritos, peleas, etc, y aunque no tendría porque ser así, yo estoy en contra de los localismos pero no de un cierto respeto hacia los locales; lo triste es que es cierto, y normalmente se torna de esta manera ya que los visitantes o no respetamos el orden o nos pasamos por el forro las preferencias.

Al llegar a un pico se deben respetar ciertas buenas costumbres; los locales son fácilmente identificables, protegen y asedian la mejor sección de la ola como una verdadera fortaleza, es su ola y por ello merecen un respeto, debemos recordar quien es el visitante y quien surfea allí los 365 días del año; con estos no hay remedio, no pillaras esa sección a menos que no estén presentes o si tienes un buen nivel de surf, puede que seas invitado tácitamente. Entre estos también se suele encontrar el gritón de siempre, amigo del pueblo, acomplejado por su surf y no dudará en saltarnos la ola, tiende a defender cualquier sección del pico con gritos y amenazas, lo mejor es evitarlo y no entrar al trapo.

Otra práctica muy común de aquellos que carecen de cierto respeto y horas de surf, es entrar al pico y colocarse directamente en la preferencia sin tener en cuenta a aquellos que estaban esperando la serie; a mi entender esto es una falta de respeto ya no solo hacia los locales sino a aquellos que están esperando su serie y una pura provocación; más de una historieta de malos rollos ha comenzado así. Es por lo que si no queremos ganarnos la enemistad de todo un pico antes de mojarnos el pelo sería una buena costumbre esperar en la zona media a que todos aquellos que se encuentran allí tengan la oportunidad de pillar una ola, algo así como la cola del super, para mi lo aconsejable es una o dos series cuando el pico se quede vacío (todo esto si es que podemos acceder al pico claro esta).

Luego tenemos el tema de las preferencias, algo tan sencillo y que a muchos parece que se les olvida cuando son ellos quienes saltan las olas. Lo primero de todo es “MIRAR”, ver quien tiene la preferencia y la tiene, en una ola de derechas, aquel que se encuentra situado a la derecha del todo y en lo más alto del pico, lo mismo para las olas de izquierdas, aquel que se encuentra situado a la izquierda del todo y en lo más alto del pico es quien tendrá la preferencia; es tan simple como el dibujo, el circulo verde tendría la preferencia:



Las preferencias van en escalera y en la misma dirección, si no coge la ola el preferente, la tendrá el segundo y así sucesivamente. Es cierto también que pueden darse casos dudosos, el que más es cuando viene una serie y aquel que tiene la preferencia no rema hacia la ola pero el segundo en preferencia si que lo hace y le gana al primero unos metros que le van a permitir ser el primero en entrar en contacto con la ola, quitándole al primero la preferencia; pero ojo debe ser una distancia considerable, en mi opinión, lo suficiente como para pillar la ola y levantarse antes de llegar al que tenía la preferencia, o aunque no se llegue a levantar uno que la ola nos haya arrastrado unos metros y sea seguro que se puede pillar; en el dibujo:


Si todos pusiéramos un poco de nuestra parte y tuviéramos presente todo esto a la hora de darnos un baño, evitaríamos que muchos salieran del agua cabreados o con toques innecesarios; ante todo paciencia y buen rollo, pero eso si, que no os tomen por tontos, una saltada es una saltada y esos “tío no te he visto”, “de donde as salido”, “grítame que si no no te veo” (absurdo), “di mía”, o simplemente te van mirando con el rabillo del ojo sin dejar la ola mientras tu esperas detrás, o pillar la ola en el pico y sesenta metros más abajo mientras tu vas en la ola, te la reman y te desbaratan la última sección, etc, no dejan de ser saltadas, malos rollos y un requeme innecesario que propicia malas historias que contar y malas famas que cardar.

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