Este pasado domingo no fue un día cualquiera.
No se si os pasará a vosotros también pero esos días en que no miras los partes, terminas de comer, te asomas a la playa a ver que tal y te encuentra que hay olas, no tiene precio.
Pues bien, además de esto, el domingo no fue un día cualquiera, pisando ya la arena y dirigiéndome a la orilla, cual fue mi sorpresa, Alejandro exhibía orgulloso una preciosa Carabela Portuguesa, que había sacado la corriente, creerme impresiona verla de cerca. Hace poco vi en las noticias que habían aparecido algunas en Campello Alicante y pensé que no tardarían mucho en visitarnos, pero no tan temprano, madre mía. Lo que más llama la atención, además de sus largos tentáculos, es su aspecto, parece un globo enteramente, es más incluso parece que las han inchado de verdad. Pobre del que se choque con una de estas.
Hasta aquí podría ser un domingo cualquiera, pero fue aun más lejos. Conforme el reloj se acercaba a las seis y media, saltaba el viento y lo complicaba todo, con el pico lleno de gente, comenzamos a oír unos gritos raros, por delante de la primer línea del pico parecía que había los típicos bañistas que en un día de olas deciden nadar mar a dentro; pero esos gritos parecían más que estaban de cachondeo que otra cosa, además con el balanceo de las olas tampoco permitía un contacto visual directo; la sorpresa fue que esos gritos eran los de tres personas que lo estaban pasando realmente mal, al borde de la muerte; sin dudarlo los locales situados en el pico se lanzaron a su rescate; dos fueron socorridos, no sin dificultad pero el tercero exhausto, casi no lo cuenta, fue rescatado con la última bocanada de aire!!. Tras sacarles a la orilla y ser conscientes de la que se habían librado, se fundieron en abrazos con algunos locales, para después derrumbarse por dicha experiencia, y no solo ellos, todos teníamos el cuerpo "of" después de aquello y creerme cuando os digo, la imagen de ese hombre dando su última bocanada, es difícil de olvidar, algunos no acabaron ni el baño y con razón.
Tras todo esto, este domingo ya no fue un domingo cualquiera, las olas pasaron a un segundo plano y se trató de un día que muchos lo vamos a recordar y no por las olas.
Aquí podeís ver el ejemplar de Carabela Portuguesa que nos visitó.
